Ibamos platicando muy amenamente, como de costumbre. La buena plática con él es algo con lo que siempre puedo contar, es de las pocas personas que en verdad siento que me escuchan con mucha atención. De repente, salió al tema algo en lo que me puedo considerar una persona con amplia experiencia. Responder sus preguntas es lo que me toca a mi, pero ahora fue algo mas que una simple pregunta, fue una declaración....
-...es que me gustas - dijo él... la última persona de la cual esperaba escuchar eso - no te pido más que un simple beso.
Me quedé sin palabras, y la risa nerviosa me atacó. Me enteré de muchas cosas que tal vez en otras ocasiones hubiera preferido no escuchar, pero esta vez me hicieron sentir bien.
¿Mi respuesta?... un rotundo no. Resulta que, aunque él no lo pide, yo no lo puedo ver, ni me le podría acercar como algo más de lo que somos. También es mi mejor amigo, la única persona fuera de mi madre, que me vió llorar. Aún así, gracias. Gracias por brindarme ese nerviosismo que me gusta sentir y que hace que las cosas sean más interesantes.
No comments:
Post a Comment